HOT TOPIC. Tendencia en vacunas COVID
Introducción
Como sabemos, las vacunas son la forma más segura y eficaz de protegernos y proteger a nuestra familia contra enfermedades prevenibles por este medio. Sin las vacunas, las epidemias causadas por muchas enfermedades prevenibles podrían reaparecer y llevar a un aumento en el número de casos de enfermedad, discapacidad y muerte. Dentro de estas enfermedades, los CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estadps Unidos) incluyen cánceres asociados con el VPH, herpes zóster, difteria, enfermedad neumocócica, enfermedad por Hib (Haemophilus influenzae B), hepatitis A, hepatitis B, influenza, paperas, poliomielitis, rotavirus, rubéola, sarampión, tétanos, tosferina, varicela y recientemente Covid-19.
Se estima que si se cumple con los objetivos de cobertura para la introducción y/o la utilización continua de únicamente 10 vacunas (contra la hepatitis B, Haemophilus influenzae tipo b, virus del papiloma humano, encefalitis japonesa, sarampión, meningococo A, neumococo, rotavirus, rubéola y fiebre amarilla) se podrían evitar de 24 a 26 millones de muertes en 94 países de ingresos bajos o medio-bajos en el decenio de 2011 a 2020.
Inmunización y Covid
La inmunización es el proceso por el que una persona se hace inmune o resistente a una enfermedad infecciosa, por lo general mediante la administración de una vacuna. Las vacunas estimulan el propio sistema inmunitario del cuerpo para proteger a la persona contra infecciones o enfermedades posteriores. Es una de las intervenciones de salud pública más eficaces en relación con el costo. Desde el establecimiento del Programa Ampliado de Inmunización (PAI) en 1974, se han evitado en el mundo millones de defunciones y discapacidades causadas por enfermedades prevenibles por vacunación.
En la región de las Américas, las vacunas han alcanzado niveles de aceptación y confianza bastante altos, en comparación con otras zonas del mundo, como una intervención muy efectiva para la reducción de la frecuencia e impacto de muchas enfermedades infecciosas. Sin embargo, el público general ha manifestado más dudas respecto a la seguridad de las vacunas que a su efectividad.
En el contexto actual de la emergencia por la pandemia de Covid-19, en la que se ha requerido el rápido despliegue de nuevas vacunas bajo esquemas de autorización de emergencia, es mucho más importante el énfasis que se hace en las actividades que garanticen la seguridad de las vacunas, incluyendo de manera muy relevante la vigilancia de los eventos supuestamente atribuibles a la vacunación o inmunización (ESAVI).
La magnitud y trascendencia de la enfermedad que puede prevenirse mediante la vacunación es uno de los principales argumentos para justificar el establecimiento de prioridades nacionales de salud. Cuanto más importante y visible sea una enfermedad, y cuanto más se perciba la vacuna como una medida segura y eficaz, mayor será su aceptación. Se debe identificar y documentar mediante una evaluación cualitativa la percepción que tienen los responsables políticos, la comunidad médica, los organismos cooperantes y el público general sobre la vacuna y su probable impacto, para calificar como prioritaria su introducción.
Según la Asociación Española de Vacunología, al respecto de la tendencia en vacunación contra el SARS- Cov2, todavía no se dispone de una vacuna nasal en Estados Unidos y tampoco está claro cuando lo estará, pero varios equipos investigadores se encuentran trabajando en sendos proyectos. Los científicos rusos están desarrollando con este propósito su vacuna Sputnik V en adultos sanos e investigadores hindúes ya tienen un prototipo en fase III.
Las perspectivas son, en general, excitantes. Si bien en los países en los que las coberturas actuales de al menos una dosis se sitúan en alrededor del 76%, las vacunas nasales se usarían como dosis de refuerzo o booster; de constatarse su alta efectividad, también podrían ser útiles para su aplicación niños pequeños y para aquellos con miedo a las agujas.
Sin embargo, aún queda un largo recorrido, ya que mientras que las vacunas parenterales se utilizan sistemáticamente, la única vacuna intranasal autorizada en Estados Unidos es la antigripal Flumist, que tras un largo desarrollo se excluyó de los programas de vacunación norteamericanos durante algunas temporadas por una baja efectividad vacunal frente a A/H1N1. Los investigadores confían en que un día esas vacunas sean más efectivas que las de mRNA y puedan reducir la trasmisión viral hasta marcar un punto de inflexión crítico en la pandemia. Mientras que una vacuna inyectada es muy buena para evitar enfermedad grave y muertes, está poco preparada para bloquear la infección, especialmente frente a la altamente infecciosa variante ómicron. En contraposición a este hecho, las vacunas intranasales podrían, al menos teóricamente, proporcionar inmunidad local donde más se necesita, en la nariz, donde se alcanza la mejor inmunidad al remedar una infección natural sin causar enfermedad; de ser así, se detendría al virus en la puerta de entrada.
Este paso, que parece sencillo, en realidad implica un desarrollo complicado, ya que se utilizan formas atenuadas del virus; pero una alta atenuación la podría hacer inefectiva y demasiada atenuación podría sobreestimular el sistema inmunitario, generando efectos secundarios indeseados. Ello implica que el balance debe ser perfecto.
Estudios recientes en animales han mostrado que los ratones son capaces de desarrollar una respuesta inmunitaria más potente cuando reciben en primer lugar una vacuna inyectable y luego un refuerzo (booster) vacunal intranasal. Esto podría deberse a que la vía aérea superior está equipada con defensas naturales frente a partículas invasoras, que no siempre responden con potencia cuando se introducen por vez primera, pero si se hace un priming inicial con mRNA inyectado, se educa al sistema inmunitario de manera que cuando se administra un refuerzo intranasal, el sistema inmunitario ya sabe recocerlas como extrañas.
Todo esto no evita que tengan que llevarse a cabo muy amplios ensayos clínicos para conocer qué funciona y qué es seguro en humanos. Algunas empresas ya han tenido importantes contratiempos con este desarrollo, como la biofarmacéutica Altimmune, cuando mostró resultados muy desalentadores. A comienzos de los 2000, una vacuna antigripal nasal desarrollada por la farmacéutica suiza Berna se asoció con parálisis facial de Bell. Por su parte, la vacuna FluMist, aprobada en 2003, no ha tenido problemas de seguridad, pero sí de efectividad. Los CDC no la recomendaron en 2016 por haber presentados datos de efectividad de solo el 3% durante la temporada gripal previa. Una versión reformulada volvió al mercado en la temporada 2018-2019 y, hasta ahora, funciona.
Conclusiones
Hasta el momento, las vacunas mRNA frente a la Covid-19 se han comportado bien frente a las distintas variantes, excepto para la variante ómicron, que dadas las características propia del virus y la alta mutagenicidad que ha alcanzado al replicarse tan ampliamente, así como muy probablemente la tendrán las futuras y actuales variantes (BA.1, BA.2, BA.3, BA.4, BA.5 ysus linajes descendientes, así como las formas recombinantes circulantes BA.1/BA.2, como la XE) hace necesario disponer de una vacuna que no solo evite la enfermedad, sino también la infección y la transmisión. Tras 2 años de pandemia, casi 3, la necesidad está clara: si las vacunas intranasales hubieran estado disponibles como apoyo de las actuales, podrían haber ayudado a reducir la transmisión y a evitar la prolongación de la pandemia que estamos sufriendo, los estudios demostrarán su eficacia y seguridad, así como se ha hecho hasta ahora con las vacunas actuales.
Bibliografía
- Asociación Española de Vacunología: https://www.vacunas.org/las-dificultades-de-una-vacuna-de-administracion-intranasal/
- https://www.cdc.gov/vaccines/index.html
- https://www.paho.org/es/temas/seguridad-vacunas
- https://www.who.int/es/activities/tracking-SARS-CoV-2-variants
- Organización Panamericana de la Salud. Introducción e implementación de nuevas vacunas: guía práctica. Washington, D.C.: OPS, © 2009. (Publicación Científica y Técnica No. 632) ISBN 978-92-75-31632-0. https://www3.paho.org/spanish/ad/fch/im/GuiaPractica_NuevasVacunas.pdf .